viernes, 20 de julio de 2018

ALGUIEN





Cuando desperté la soledad había desaparecido, no añoraba la presencia ni el actuar de alguien, porque alguien jamás había existido. Así que tampoco sentía tristeza ni nostalgia, no había experiencia que recordar con alguien, porque alguien jamás había existido. No tenía nombre, era innecesario identificarme frente a alguien, porque alguien jamás había existido. Desconocía la presión del trabajo, no había ningún servicio o producto que ofrecer a alguien, porque alguien jamás había existido. Pobreza y riqueza no habían, para que estar si no había alguien, porque alguien jamás había existido. ¡Adiós ansiedad! ¡Adiós al éxito y al fracaso! ¿Frente a alguien? Si alguien jamás había existido. Nadie traicionaría mi confianza, no necesitaba ser leal, dar lo mejor de mí a alguien, porque ese alguien jamás había existido. El amor a mí misma era algo inútil, para que amarme si no había que protegerme de alguien, porque ese alguien jamás había existido.
La vida pintaba extraordinaria sin alguien, pero comencé a perder la razón. El cielo dejó de ser hermosamente azul, el aire cálido, el silencio calmo, la música exquisita, las explicaciones innecesarias, las palabras también, ¿para qué nombrar las cosas para mí misma? Bastaba que estuvieran ahí. ¿Para que palabras si no había alguien más con quien darles sentido? Escribir era inútil, ¿De que serviría contarme por escrito a mí misma mis propias historias escritas? no había a quien legarlas.
Vuelvo a despertar. ¿Cómo distingo lo bello si no hay alguien con quien consensuar la belleza? Mi pensamiento se extingue, no hay razón de SER sin la existencia de alguien con quien compartirlo. A la par de la pérdida de la razón me voy encogiendo hasta quedar en cuatro patas, ahora olisqueo por donde paso, como lo que encuentro en el camino, duermo donde me agarre el sueño. Se acabó el valor a la vida, al amor, al deseo. Ahora duermo y no sé qué es eso.

NOTA. Prefiero la nostalgia, melancolía, el sufrimiento para encontrar el gozo. Prefiero las palabras para darte, sentirte, expresarte, encontrarte y poder sentir que existo. Prefiero a alguien, siempre.
Escrito por Alicia Ayora Talavera, inspirada en la Soledad, esa en la que se refugian tantos, origen quizá de la pérdida del sentido de la vida.

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